martes, 12 de mayo de 2009

CAPÍTULO 4: UN NUEVO MUNDO (Aquarius)

Llevaba ya unas semanas en aquel almacén humano. Había conocido a varios refrescos que al igual que yo, un buen día les sacaron de su humilde fábrica para entrar en un armario, algunos le llamaban el "corredor de la muerte". Decían que todo aquel que entraba en ese armario, tarde o temprano salía...para no volver. Por ello,todos los que estábamos allí dentro intentábamos disfrutar al máximo de la poca vida que nos podía quedar.

Tuve el placer de hacerme amigo del más sabio de todos los recipientes:Rioja reserva 92,Rioja para los amigos.Rioja me explicó que él era un vino reserva,y que todos los vinos reserva estaban allí largos años,hasta el punto de desear su muerte.Lo que nos hacían allí no era normal,estábamos a oscuras todo el rato,perdíamos la conciencia del tiempo y no sabíamos si era de noche o de día,sólo podíamos guiarnos por el pequeño haz de luz que pasaba por debajo de la puerta a nuestro almacén.Rioja me contó que tarde o temprano a todos nos sacarían de allí para torturarnos hasta nuestra muerte,así que para facilitarme la "diversión" me presento a Coca Cola,una sinuosa botella granate con unas curvas de alucine.Además la poca luz que teníamos en la sala la atravesaba,luego podía imaginármela sin etiqueta a todo momento (no penséis mal,soy una joven lata llena de burbujas)

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