martes, 26 de mayo de 2009

CAPÍTULO 6: EL FINAL (Aquarius)

Agonizante, me sacó del local y fue entonces cuando pensé que todo había acabado, que por fin despertaría de esa pesadilla, pero mis esperanzas no tenían fundamento. Me metió dentro de un recipiente gris bastante profundo lleno de todo tipo de cadáveres, cáscaras de plátano despellejadas, botellas como yo a las que había succionado toda la sangre que corría dentro. Aquello te dejaba sin aliento, yo estaba moribundo y estaba rodeado de cadáveres, mi destino era inevitable. Suplicando una última ayuda intenté que me sacaran de allí pero ya era demasiado tarde.

Pasaron las horas y yo seguía deseando mi muerte, cuando recordé que Rioja reserva 92 me habló de que algunos moribundos son llevados a un recipiente con compañeros moribundos y allí eran tratados y se les curaban las heridas: aquello se llamaba un cubo de reciclaje. Escalé entre algunos cadáveres para asomarme por la rendija en la cual me metieron y pude ver, para mi suerte, uno de esos "cubos de reciclaje". Aún vertiendo sangre por mi cuello, salté fuera de mi cubo gris y fui rodando por la acera hasta que me iba aproximando poco a poco al cubo de reciclaje, estaba tan cerca... Una vez más no me tocaba vivir, un pie humano me dio tal patada que la poca sangre que tenía en el cuerpo se fue de mi ser y yo salí catapultado en el aire, girando sobre un eje todo el rato. No tenía burbujas, me ahogaba. Veo una pared. Sé que en otras ocasiones no querría hacerlo pero mi desesperanza me obliga a empotrarme contra ella para acabar con mi penosa vida. Me zarandeo un poco en el aire y mi vida acaba con una botella rota en mil pedazos en una esquina de la calle Ronda de Valencia.

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